viernes, 17 de enero de 2025

DAVID LYNCH (1946 - 2025)

El mayor cineasta vivo de la actualidad nos ha dejado. Si bien David Lynch llevaba bastante tiempo inactivo, sus imágenes seguían resonando en nuestras cabezas con igual fuerza que cuando fueron concebidas y creadas. Frente a otros fallecimientos relativamente recientes de cineastas consagrados, cuyos obituarios no superaron los límites de las filmotecas, el de Lynch ha tenido un alcance universal. Su muerte ha suscitado un consenso inigualable, el propio de alguien completamente único y genuino en su materia. El cine de Lynch abría puertas mucho tiempo cerradas, iluminaba partes oscuras.

Quizá este consenso a la hora de su muerte se deba a varias razones. Es indudable que su cine llegó a muchos espectadores, a pesar de su singularidad y extrañeza. Quizá ello se debiera a su nacionalidad, que le permitió contar casi siempre con los medios necesarios para llevar a cabo sus fantasías. También trabajó la televisión, con una serie de muchísimo éxito, hecho que le dio más repercusión. Pero fundamentalmente creo que el reconocimiento unánime a su figura viene de que su cine, a pesar de carácter no normativo, siempre tuvo un ánimo popular. Su cine no hablaba a la razón ni al conocimiento previo del espectador, sino a algo más íntimo, común a todos, independientemente de la formación y cultura de cada uno. 

Lynch ya figura entre las mayores aportaciones de la cultura norteamericana a la cultura universal, junto a Poe, Melville, Keaton, John Ford, Warhol, Frank Lloyd Wright o Edward Hopper. Como todos estos nombres, Lynch fue ante todo un artista, superando los límites estrechos del cine. Lynch es al cine lo que Kafka es a la literatura: un buceador. Después de bucear en océanos de oscuridad, Lynch volvía a nuestro mundo con una antorcha, provisto de imágenes nuevas, únicas, dispuestas a perdurar. Creó su propia mitología, con villanos inolvidables. Las imágenes que habitaban en el interior de su cabeza fluyeron hacia el exterior gracias al cine. Unas imágenes en las que se combinaba horror y belleza (también humor). Nadie como él supo dar forma al lado oscuro y tenebroso del cuerpo y del sexo, a la conmovedora belleza de la inocencia pura y la bondad, a los oscuros recovecos de la vida. Como ha dicho en su obituario Kyle McLachlan, su actor fetiche, el cine de Lynch no proporcionaba respuestas, sino que lanzaba preguntas, planteaba enigmas, se perdía en ellos: quizá sea la única forma de explicar la vida. 

Cómo olvidar tantos momentos de su filmografía: bebés-bicho, malformaciones, sexo sucio, objetos de extraños funcionamientos, pero también la bondad absoluta o la belleza de Norteamérica vista a la velocidad de un cortacésped. Su cine habla, mediante una iconografía única, de temas universales: el miedo ante la propia descendencia, el deseo de aceptación, el contraste entre naturaleza y cultura, la coexistencia de la bondad y la maldad, la extrañeza del sexo o el delirio de los celos. Me es complicado quedarme con uno de sus actores o actrices: Kyle McLachlan, Laura Dern, Naomi Watts, Jack Nance, John Hurt, Dennis Hopper, Anthony Hopkins, Robert Loggia, Isabella Rossellini, Bill Pullman, Patricia Arquette, Robert Blake, Dean Stockwell...Siempre acompañados por la música de Angelo Badalamenti. 

Lynch no ha salido tantas veces como me hubiese gustado en la selección de fotogramas, sobre temas y objetos diversos, que he ido colgando de tanto en tanto en esta página. Este artículo va a ser mi forma de enmendar esa carencia. A continuación, las imágenes de él que han ido apareciendo. He añadido alguna más, que se había quedado en el tintero: 


Besos

Dune (1984)

Dune (1984)

Mulholland drive (2001)


Cajas

Mulholland drive (2001)


Coches

Lost Highway (1996)

Mulholland drive (2001)

Comida

Eraserhead (1977)


Desnudos

Lost Highway (1996).

Espejos

Mulholland drive (2001)



Flores

Blue Velvet (1986) 


Dune (1984)


Interiores

Lost Highway (1996)

Labios

Blue Velvet (1986)

Lost Highway (1996)

Llaves

Mulholland drive (2001)

Mirada a cámara

Dune (1984)

Mirones

Blue Velvet (1986)


Ojos 

Dune (1984) 

Mulholland drive (2001)


Elephant Man (1980)




Orejas

Blue Velvet (1986)


Pájaros 

Blue Velvet (1986)

Sueño profundo



Elephant Man (1980)


Teléfonos


Mulholland drive (2001)




Blue Velvet (1986)

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