La semana pasada falleció el actor británico Terence Stamp, a la edad de 87 años. No fue un actor que se prodigara en exceso. Tan solo fue una cara que apareció de vez en cuando en el cine de los sesenta, en grandes películas del momento, y que luego pasó un periodo largo de relativo anonimato, con apariciones alimenticias en las películas de la saga de Superman, hasta volver de nuevo a mejores películas en los noventa, con Soderbergh y en Priscila, la reina del desierto, en esta como secundario. Pero no vengo a hablar de estas películas, sino de su colaboración con dos de los creadores más notables del cine italiano de los sesenta. Me interesa hablar del episodio Toby Dammit, de Federico Fellini, incluido en la película Historias Extraordinarias, y de Teorema, de Pier Paolo Pasolini, ambas de 1968.
La primera, Toby Dammit de Fellini, forma parte de una película de episodios, formato típico de la época, dedicada en este caso a Edgar Allan Poe. Los otros dos capítulos, obra de Roger Vadim y Louis Malle, son un poco sin más. Mientras que estos dos episodios son adaptaciones más o menos fieles a Poe, Fellini hace lo que le viene en gana con el cuento a adaptar, consiguiendo una de sus películas más oscuras y divertidas, en la que bebe de las fuentes del incipiente giallo, para crear una pesadilla que encapsula todo su estilo. Es la primera colaboración en el guion con Bernardino Zapponi, después de haber roto con Flaiano, Pinelli y Rondi, sus colaboradores habituales, tras el relativo fracaso de Giulietta degli spiriti y el rodaje fallido de ll Viaggio di G. Mastorna. En ese sentido, es una película corta e intensa, realizada tras un breve periodo de enfermedad y depresión. Con ella, Fellini exorciza todos sus traumas previos, sin olvidarse de incluir muchos de sus temas habituales (la prensa, la autodestrucción, los personajes caricaturescos, la fiesta como espacio espectral, el mundo del cine, la mujer salvadora...).
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Los paparazzi. |
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La mujer salvadora, más espectral que en el cine anterior de Fellini. |
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La niña diabólica. Su imagen fue tomada casi al pie de la letra de la niña de Operazione Paura de Mario Bava. |
La película se mueve en apenas cinco escenarios (el aeropuerto, el coche, el plató de televisión, la fiesta y la huida con el Ferrari). Durante la escena en el coche, de camino a los estudios de televisión, Fellini realiza ya una prueba de la futura secuencia de la autopista de Roma (Fellini era un maestro del autoplagio). A pesar del carácter abocetado, artesanal y conscientemente falso de estos decorados, la película consigue sus objetivos. Stamp realiza una interpretación bastante carismática, poniendo muchas caras, a lo que contribuye un maquillaje exagerado, que dota a su rostro de la textura externa de un payaso o un cadáver. Como dijo Stamp en varias entrevistas, Fellini le dio unas indicaciones muy generales para interpretar el papel de ese actor acabado. Imitando el acento del director, Stamp comentaba en varias entrevistas que Fellini le dijo que su personaje se presentaba por primera vez ante el espectador como si hubiese pasado la noche anterior en una fiesta, en una orgía más bien, bebiendo sin parar, fumando hachís, esnifando cocaína, follando a diestro y siniestro, incluso siendo follado por un negro enorme, y, posteriormente, poco antes de montar en el aeropuerto con destino a Roma, alguien le hubiese metido un ácido en la boca. Según Stamp, la relación con Fellini fue en todo momento muy cercana, encaprichándose el director con él y con su cara. Donald Sutherland se expresaría de forma parecida después de trabajar con Fellini en Il Casanova.
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Imágenes de la autodestrucción del personaje interpretado por Terence Stamp. |
La segunda película, Teorema, es quizá la cima estética y narrativa del cine de Pasolini. La película se presenta al espectador con la rigidez y la frontalidad de una pintura religiosa tardomedieval. Según las palabras de Stamp, el trato con Pasolini fue mucho más distante que con Fellini. Además, se sintió estafado, al no recibir su parte por su interpretación en el film. Siguiendo las declaraciones del actor, una de las motivaciones principales para participar en el film (y recordarlo) había sido compartir rodaje con Silvana Mangano.
Stamp interpreta un personaje que apenas habla, un personaje cuya presencia, y el efecto que esta provoca, son más importantes que las palabras. Su personaje es una especie de ser medio divino, una divinidad antigua o un ángel llegado del cielo bajo la apariencia de un joven moderno, vestido a la moda de la época, como un joven normal y corriente. Nada en su apariencia o incluso en su actitud evidencia esa naturaleza divina. Sin previo aviso, este personaje visita a una familia burguesa de Milán, casi podría decirse que cae directamente del cielo en aquella casa de ricos industriales, y todos acaban enamorándose de él: el hijo, la hija, el padre y la madre. Ese extraño amor les hace perder la ruta que tenían marcada, la ruta de la educación, el éxito económico o la vida familiar, desatando sus impulsos más individualistas, más narcisistas, ya sea el intelectualismo, la ninfomanía o la caridad. Todos caen en alguna neurosis. Tan solo la criada, más cercana a una concepción misteriosa y sacra del mundo, capta y acepta la naturaleza divina del enviado, convirtiéndose ella también en vehículo del milagro.
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Quizá la cima estilística del cine de Pasolini. |
Teorema es una película hermosa y misteriosa, con un punto simbólico extraño y único, no compartido con otras cintas, al mezclar el discurso social marxista, la reivindicación de lo sacro y las pulsiones homoeróticas, en una obra claramente profana y de vocación blasfema.
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